Vamos a ver Mari. ¡Que no! Que no es un cuarto con las bombillas fundidas ni con poca luz. Un cuarto oscuro es un lugar de disfrute visual y sexual (indiferentemente). Así que déjate la Mag-lite® (la linterna... que como eres rubia te lo tengo que aclarar todo) en casa y déjate llevar por un mundo de sensaciones.
La verdad es que hacía mucho tiempo que servidor no frecuentaba uno en toda regla, porque ir a una sauna y pasarte por él tampoco es nada del otro jueves: la sauna tiene otros usos. Pues como que hace más de cinco años que no pisaba uno; y el otro día por circunstancias de la vida fui con mi Consorte a la conocidísima disco Metro (BCN/Sepúlveda) a ver a un@s amig@s que actuaban allí.
Y como que me entraron ganas de inspeccionarlo, acompañado (of course) por lo que pudiera pasar. Mireustée.
Bueno, estaba bastante sosainas a esas horas (aunque ya había gente en la disco), pero no estaba ese pedazo de osazo musculado ¡con esa barba tan perfecta que llevaba el cabrón! No nos hubiera importado hacerle una revisión de bajos y cambio de aceite, ¡para nada! Así que como cualquier adolescente que no tiene sitio para follar pillé a mi consorte por banda y cuando menos se lo esperaba ya le estaba haciendo yo a él la revisión de bajos y aceite (boca y pezones incluidos) contra una de las paredes del laberinto. Y no sé por qué pero esa situación me parecía ultramorbosa. Y aunque la gente iba y venía nadie se apuntaba ni a la comida ni a dejarse comer (que triste); así que hicimos cambio de roles y mi Consorte me hizo la pertinente revisión.
Hasta que apareció la figura del “Cansino Histórico”. Me explico: por “cansino histórico” se entiende aquel que intenta insinuársete en el cuarto oscuro, se acerca, intenta tocar, lo apartas, se va, vuelve, repite todo el proceso de intentar entrar en el juego, vuelves a apartarlo, vuelve a intentar tocarte el pezón (bueno en este caso “atacaba” a los pezones del consorte mientras yo le estaba trabajando el rabo), lo vuelves a apartar, se saca el rabo, como nadie le hace caso empieza a tocarse, sigues ignorándolo… etc. ¿Creo que me he explicado bien no? ¿Nadie se ha encontrado con nadie así? ¿O nadie se ha sentido “cansino histórico nunca? ¡¡Jajajaja!!
Así que como en toda película infantil todos acabaron muy felices, descargados y relajados y sin comer perdices, ya que comieron otras cosas, y no hace falta ser muy imaginativo para pensar qué acabó pasando.
Bueno sí. El Sr. Cansino acabó con bastantes muestras de ADN repartidas por sus piernas y zapatos. Tantas que hubiera dado para más de una investigación de CSI. ¡Claro tío! ¿No quería participar en la fiesta? Pues se llevó la mejor parte… jajajaja… Tampoco fue tocado ni por nosotros ni por nadie en concreto puesto que salió dos metros por detrás nuestro una vez pasamos la ITV.
Desde luego los darkrooms no los recordaba tan sosos (y no por la compañía del Consorte, si no en general). Incluso creo que había más luz de la “recomendada” en estas situaciones. Recuerdo en La Base (BCN/Casanova) que aquello sí era un cuarto oscuro donde o te “orientabas” con las manos o no llegabas a ningún sitio, así entiendo por qué siempre estaba tan petado (¬¬). También el cuarto oscuro de Martins’ (BCN/Pg.Gràcia) o el extinto Bear Factory (BCN) eran bastante oscuros y profundos en comparación a lo que llegué a ver (nunca mejor dicho) en Metro.
Algún día haré recopilación con mi Consorte de experiencias vividas en los Dark y montaremos un número especial...
Sed malos, malotes. Bien palotes (por descontado).
