Bilboko Kronika 1 (Tripartito con un Vasco).

Más de un malpensado creerá que solamente he estado en Bilbao con la única excusa de poder conocer a Iker… aunque podría ser perfectamente válida porque quisiera o no quisiera durante mi estancia en Bilbao tuve que verlo (muy gustosamente) durante varios días.

No ha sido mi primera vez en Euskadi… pero si que es cierto que me he llevado gratos recuerdos de vuelta a mi hogar: no recordaba que los tíos en el País Vasco estaban tan buenos (y aquí me veo obligado a reunir en la misma categoría a gayers y héteros); y tampoco recordaba que los tíos allí son un poco “cómodos” en el tema follar… o les entras tú a ellos o la verdad es que tienes muy pocas posibilidades de triunfar con uno.

Realmente he llegado a tontear con muchos tíos durante estos días por las aplicaciones de contactos del iPhone, pero, como ya he comentado, con muy “parados” a la hora de lanzarse. O les insistes hasta la saciedad o la verdad es que poderte comer una rosca lo tendrás bastante complicado… y perdona (comodidades aparte): si contacto con alguien es para un polvo rápido, un aquí te pillo aquí te follo… No tengo intención de chatear por tiempo indefinido para llevarme un rabo a la boca (el tiempo es oro… ¿sabes?)… Si las conversaciones se alargan la libido y el morbo se reducen considerablemente… Y yo estoy aquí para follar, no para casarme.

Así que entre tanta indecisión se cruzó Aitor en mi camino, bueno en mi camino y en el camino del Consorte, porque nos tiró la caña a los dos (y aquí es dónde, abriéndose el cielo con cantos de ángeles y con un resplandor típico de la Anunciación… acabamos pillando cacho), y nosotros muy gustosos le hicimos una invitación a nuestro hotel que no decantó… Y vamos al lío.

Ahora viene el momento reflexión… Esos perfiles de contactos que no mantienen las fotos al momento y al día y te encuentras con gente que si te descuidas todavía tienen las fotos de su primera comunión o incluso (los más atrevidos) los de la mili… ¡Señores! ¡Por favor!... ACTUALIZACIÓN DE PERFILES YA.


Aitor era más guapo en las fotos que al natural, tampoco no era para montárselo poniéndole un saco en la cabeza pero la primera impresión sabemos que es siempre la que cuenta. Pero tampoco no era cuestión de hacerle el feo y devolver el plato a cocina… Así que el primer paso fue bajar hasta la calle y subírmelo a la habitación, con la consecuente comida de morros en el ascensor y el necesario meneo de paquete correspondiente. Por lo menos la primera reacción en el ascensor fue buena. Ya se le empezaba a notar la polla dura debajo de esos tejanos. Prueba superada.

En la habitación esperaba el Consorte. Nada más verlo Aitor procedió también a comerle los morros, así que la segunda parte de la entrevista parecía estar también lista; y tardó poco en bajar hasta el rabo duro del Consorte y empezar a degustarlo con ansia.

Aitor y yo nos desnudamos mutuamente mientras el Consorte miraba desde la cama. Nada más bajarle los pantalones y los calzoncillos noté como tenía la polla más dura que en los momentos previos en el ascensor; y con una gran sorpresa en forma de líquido precum asomando en la punta de su dura polla… Se confirmaba que le poníamos a mil.

Ya podéis imaginar que aquello se convirtió en un festival de comernos las pollas, los morros y darnos un buen repaso en los pezones. Aitor no necesitaba guía. Atacaba tanto al Consorte como a mi sin ningún miramiento y con bastante ansia y ganas. Estaba claro que un chaser como él necesitaba dos ositos como nosotros. Tampoco hacía ascos a tener algún que otro dedito dentro de su ojete. Es más lo pedía con muchas ganas a través de sus ojos marrones. Pues había que complacerlo.


Tampoco pasó de más de un dedo (o el intento de introducir dos) dentro de su culito. Un par de cachetes por comportarse como un niño malo y si que es cierto que le gustaba bastante que le apretaran los huevos y se los estiraran (cosa que a mi me vuelve loco hacer). Así que el festival de comida de pollas continúo hasta que como suele pasar en las pelis pornos nos tocó el turno de corrernos casi con una sincronización perfecta. Primero Aitor, luego el Consorte y por último aquí un servidor. Toda la lefa fue a caer al cuerpo de Aitor. No es un tío de corrida impresionante pero no estuvo mal. El Consorte también se pegó una buena descarga y realmente el más sorprendido fui yo porque el día anterior ya me había encargado de violar al Consorte después de un arrebato post-siesta y me pegué una buena descarga, incluso con más cantidad que el día anterior.

Después de una ducha reparadora Aitor abandonó la habitación del hotel y se dirigió de nuevo para casita donde le esperaba haciendo la siesta su osete. En ningún momento se habló de un encuentro entre las dos parejas (por suerte) ya que tanto al Consorte como a mi el compañero de Aitor no nos atraía para nada… y tal vez si hubiéramos sabido realmente como era Aitor (me refiero a las grandes diferencias entre el “catálogo” y el producto final) este encuentro no se hubiera producido… Pero como se suele decir… “Que me quiten lo mamado”. Y tampoco está el tema como para ir haciendo muchos remilgos, ¿no?