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domingo, 25 de noviembre de 2012

69. El Trofeo


Esta semana volví a ver a Nacho. Todo surgió cuando me envió un SMS (¡sí!, siguen existiendo) con la excusa que le ayudara a configurar el nuevo ordenador que acababa de comprarse, y que luego resultó ser mentira, así que amigo Nacho (si me lees, que sé que de momento no) la próxima vez directo al grano, que soy muy fácil.

Me recibió en su despacho como tenía costumbre de hacerlo. Pantalón de pinzas ajustadito marcando paquete, camisa con el cuello un poco desabrochado para que le vea bien su peludo pecho y una sonrisa de oreja a oreja. Y, como siempre, nada más cerrar la puerta me lo encuentro con su lengua metida en mi boca y llevando mi mano hasta su paquete, que ya estaba duro.

-Sigues estando rellenito, y sabes que eso me gusta todavía mas- me dice mientras me vuelve a coger de la mano y me dirige directamente hasta la habitación.

Allí tarda poco en quitarme la camiseta y bajarme los pantalones para comenzar a comerme la polla. Entonces como puedo le desnudo yo a él, pero primero le dejo solamente en gayumbos con la burda excusa de tener una foto suya como “trofeo”. A lo que él accede sin problemas.


Saca una botellita de popper (que esta vez decido no tomar) y nuevamente estamos uno con la polla del otro en la boca y estirados en la cama. Hasta ahora no me he caído en la cuenta de que Nacho lleva puesto un cockring que sinceramente no le hace falta para hacer más grande el pollón que tiene. Pero me hace gracia y me pone más cachondo si cabe. Entonces se dirige hacia la mesita de noche y saca un pequeño juego de pinzas, esas que han unidas con una cadenita muy fina, y se coloca cada uno de los extremos en un pezón y mientras le como la polla no me puedo resistir a ir tirando poco a poco de dicho juguete.

Nos ponemos más y más perros por momentos y acabo quitándole las pinzas de los pezones y me dispongo a colocarlas en cada uno de los huevos, cogiendo la piel muy por el extremo. No se queja, es más le pone más cachondo todavía llevarlas colgando de los huevos que de los pezones.

Y ahí seguimos, comiéndonos los morros, comiéndonos las pollas, y ahora se comienza a detener un poco en lamerme los pezones…

Nacho cada vez está en un proceso más profundo de inmersión en el mundo SM y bondage porque saca un trozo de cuerda (fina) y como no tiene bastante con el cockring quiere que le ate también los huevos mientras con voz de perro sumiso me pide unos pequeños azotes en ellos, que le de palmadas subiendo la intensidad poco a poco; pero sin llegar a dolores extremos… que “eso ya irá llegando poco a poco con el tiempo”.

Cuando se hartó de comernos las pollas y le dejé de trabajar los huevos (que comenzaba a tenerlos un poco rojos después de tanta atadura) se puso a cuatro patas y mientras volvía a esnifar un poco de popper me puse el condón y me lo comencé a follar poco a poco mientras él iba acompañando mis embestidas hacia él con unas embestidas hacia mi.

Tardamos poco en corrernos después de toda la calentura que habíamos estado teniendo. Primero me corrí yo dentro suyo y al momento, con mi polla aún dentro, comenzó a pajearse hasta que tardó menos de diez sacudidas en correrse también.

Pasamos a la ducha y hablamos del tiempo y la vida. Al volver a la habitación le hace el nudo al condón con mi corrida caliente aún allí dentro y veo que mientras vuelve a guardar lubricante, condones, popper y todo de nuevo en la mesita de noche no hace acción de recogerlo o tirarlo.

- ¿No piensas tirarlo?
- No, yo también quiero un trofeo tuyo.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

66. Festival de pollas

Al rico biberón mañanero... Así sí da gusto levantarse... y ¡¡ de que se te levante!!







martes, 20 de noviembre de 2012

65. La historia de Deportista (2)


Después de irnos metiendo mano a los paquetes por las calles de Bilbao camino al hotel el calentón ya fue demasiado en el ascensor subiendo a la habitación. Yo creo que estuvimos a un paso de bajarnos allí mismo todos los pantalones y comenzar a amorrarnos al primer pilón que pilláramos a mano a boca.

Saliendo del lavabo me encontré con la lengua de Iker dentro de mi boca, creo que ese momento ya estaba en nuestras mentes desde hace tiempo pero nunca se había podido cumplir hasta entonces; y a Deportista mientras iba desnudando en la cama al Consorte.

Tardamos poco en tener las bocas, las manos y las lenguas ocupadas. Mientras Iker y yo teníamos parte de nuestro “momentum”, Deportista y Consorte ya estaban enfrascados a lo suyo. Iker tardó poco a estar cerca de mi ombligo y comenzó a bajar sutilmente hasta mi polla, que tardó poco en tragársela. Deportista iba trabajando al Consorte sin prisa pero sin pausa. Iker era en ese momento sólo para mi, aunque esa situación tardo poco porque pronto hubo un intercambio de pareja y me encontré a cuatro patas en la cama del hotel mientras Deportista comenzaba a comerme en culo y poco a poco iba acercando su rabo a mi puerta, retirándolo rápidamente y volviéndolo a aproximar al momento… El muy cabrón sabía perfectamente como ponerme totalmente cachondo.

Y al momento mientras Deportista me comía el culo me encontré a Iker comiéndome la polla y al Consorte chupándome un pezón. ¡¡DIOS!! ¡¡Cuánto placer!!

Las pollas de Iker y de Deportista están muy buenas y daba mucho morbo meterse todo eso en la boca. Incluso de dos en dos, puesto a que aquel momento daba para muchas cosas. Notar como van creciendo y se va poniendo duras dentro de tu boca, gracias a los lametones que muy gustosamente reciben.

Las posiciones iban cambiando, ahora era Deportista quien le comía el culo al Consorte mientras Iker se encargaba del mío… y nuevamente cambio. Hasta que acabamos los tres lamiendo los huevos y la polla de Deportista que daban para tres lenguas al mismo tiempo. Todos intentábamos meternos ese corazón rosado y jugoso en la boca. Era una competición que mantenía con Iker y el Consorte. Una competición en la que no había ganadores… bueno, tal vez sí. Deportista era quien salía ganador de aquella situación. Tenía tres bocas totalmente sumisas para él.

No recuerdo cuanto tiempo pasó estando los cuatro gimiendo, lamiendo, suspirando, disfrutando en aquella cama (que siempre me parecía pequeña y mira tú por donde toda la gente que puede llegar a caber).

Los efectos del alcohol nos perjudicaron a todos y nuestras pollas no estaban todo lo duras que tenían que estar. Iker y Deportista no paraban de sorprenderse por cómo había ido toda la noche y no paraban de repetir “que osos más ricos” “que bueno que está todo lo que me estoy comiendo”… ¿Lo tendrían preparado desde aquella misma tarde? Jajaja… La verdad es que me daba lo mismo. Creo que Consorte y yo nunca lo habíamos pasado tan bien con nadie y creo que tardará muuuuuucho en volver a repetirse.

Mientras Iker me seguía comiendo la polla comenzó a llegar el momento de correrme, le avisé y tardó poco tiempo en pedirme que se lo tirara todo por encima. Así que muy complacientemente me corrí disparando a su cara, cuello, pecho… Ya no recuerdo cuantos chorros salieron. Solamente recuerdo que aquella situación me daba mucho morbo y que tanto Iker como yo era una cosa que deseábamos desde hacía mucho tiempo.

Llegó el momento de correrse para Consorte y también acabó todo en el cuello y pecho de Iker.

Luego Iker y Deportista intentaron llegar al momento de correrse, pero el alcohol nos impidió ver ese magnífico espectáculo. 
Espero que quede pendiente para dentro de muy poco.

Y fue así como acabó la noche de bailes, risas, tonteos y una habitación que olía deliciosamente a sexo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

La historia de Deportista


Hace unos días curioseando marujeando por el Facebook de Chispi reconocí unas fotos que me resultaban muy familiares. Unas fotos, un cuerpo, un nombre…: Deportista.

No pude contener mi afán de cotilla y rápido le envié un whatsapp a Chispi preguntando si mis imaginaciones eran ciertas. Y sí, lo fueron. ¡Maldita zorra! Chispi conoció los placeres de Deportista… confirmando así que la regla de los seis rabos de separación incluso, a veces, se reduce solamente a uno.

A Deportista lo conocí (gracias a Iker) una noche en Bilbao. Una noche de borrachera, cervezas, vodka con naranja, chupitos, muchas visitas al baño, bailes y muchas cañas e indirectas lanzadas. Tonteando del estilo mira como me acerco y me froto contigo mientras bailo (que por cierto… que placer de frotamiento); o también del estilo, si quieres te acompaño al baño y te la aguanto o simplemente te la miro mientras estás meando.

Deportista baila genial, y siempre te pasa el mismo pensamiento por la cabeza (¡malditas películas americanas!): “si este tío baila así ni te cuento cómo tiene que llegar a follar”. Y eso se tenía que comprobar si era cierto o no.  Así que entre los tonteos que  me tenía ya con Iker, que venían de antes y que aquella noche ya todo daba lo mismo, los tonteos con el Consorte porque los dos íbamos como perros en celo pensando en poder llevarnos a Deportista (y a quien hiciera falta) aquella noche al hotel; y luego a Deportista rondando por aquel lugar… todo podía valer aquella noche.

Hasta que sin saber cómo Deportista, Iker, el Consorte y yo estábamos cerrando el local y acabamos en la calle metiéndonos mano al paquete por dentro de los pantalones y haciendo una cata de qué rabo olía mejor que los otros y cómo nos moriríamos de ganas por tenerlos en la boca, o donde fuera. Y también sin saber cómo, tonteo arriba, tonteo abajo, nos encontramos en la habitación del hotel.

La situación no tenía desperdicio… Deportista y el Consorte en la cama mientras se besaban y se acariciaban y se iban quitando la ropa. Y yo en el baño, meando, mientras Iker me miraba con deseo. Así que tardamos más bien poco es estar todos sin ropa danzando por la habitación del hotel: unos estirados en la cama, otros de pie. Iker comenzó conmigo mientras Deportista se encargaba del consorte. Dos chasers que habían conseguido a dos bears… Os podéis imaginar el resto…

Pero eso dará para el próximo post.

Volviendo a la historia de Deportista con Chispi me volví totalmente lila de la envidia pensando que él también había conseguido pasar DOS!! noches con Deportista, contándome las mil cosas que hicieron. Recordando lo bien que Deportista besa, lame, come, acaricia… Es cariñoso y también al mismo tiempo muy cañero. Especialista en darte toooooodo el placer que sea necesario. Así te come la boca, como te trabajaba bien los pezones, te coge el biberón y sabe como hacértelo o te acaba comiendo el culo como aperitivo de todo lo que puede acabar pasando…

¡¡Deportista!! ¡Te echo de menos!

¡¡Chispi!! Anímate y cuéntanos tu experiencia.

lunes, 5 de noviembre de 2012