Esta semana volví a ver a Nacho. Todo surgió cuando me
envió un SMS (¡sí!, siguen existiendo) con la excusa que le ayudara a
configurar el nuevo ordenador que acababa de comprarse, y que luego resultó ser
mentira, así que amigo Nacho (si me lees, que sé que de momento no) la próxima
vez directo al grano, que soy muy fácil.
Me recibió en su despacho como tenía costumbre de hacerlo.
Pantalón de pinzas ajustadito marcando paquete, camisa con el cuello un poco
desabrochado para que le vea bien su peludo pecho y una sonrisa de oreja a
oreja. Y, como siempre, nada más cerrar la puerta me lo encuentro con su lengua
metida en mi boca y llevando mi mano hasta su paquete, que ya estaba duro.
-Sigues estando rellenito, y sabes que eso me gusta
todavía mas- me dice mientras me vuelve a coger de la mano y me dirige
directamente hasta la habitación.
Allí tarda poco en quitarme la camiseta y bajarme los
pantalones para comenzar a comerme la polla. Entonces como puedo le desnudo yo
a él, pero primero le dejo solamente en gayumbos con la burda excusa de tener
una foto suya como “trofeo”. A lo que él accede sin problemas.
Saca una botellita de popper (que esta vez decido no tomar) y nuevamente
estamos uno con la polla del otro en la boca y estirados en la cama. Hasta
ahora no me he caído en la cuenta de que Nacho lleva puesto un cockring que
sinceramente no le hace falta para hacer más grande el pollón que tiene. Pero
me hace gracia y me pone más cachondo si cabe. Entonces se dirige hacia la
mesita de noche y saca un pequeño juego de pinzas, esas que han unidas con una
cadenita muy fina, y se coloca cada uno de los extremos en un pezón y mientras
le como la polla no me puedo resistir a ir tirando poco a poco de dicho
juguete.
Nos ponemos más y más perros por momentos y acabo
quitándole las pinzas de los pezones y me dispongo a colocarlas en cada uno de
los huevos, cogiendo la piel muy por el extremo. No se queja, es más le pone
más cachondo todavía llevarlas colgando de los huevos que de los pezones.
Y ahí seguimos, comiéndonos los morros, comiéndonos las
pollas, y ahora se comienza a detener un poco en lamerme los pezones…
Nacho cada vez está en un proceso más profundo de
inmersión en el mundo SM y bondage porque saca un trozo de cuerda (fina) y como
no tiene bastante con el cockring quiere que le ate también los huevos mientras
con voz de perro sumiso me pide unos pequeños azotes en ellos, que le de
palmadas subiendo la intensidad poco a poco; pero sin llegar a dolores
extremos… que “eso ya irá llegando poco a poco con el tiempo”.
Cuando se hartó de comernos las pollas y
le dejé de trabajar los huevos (que comenzaba a tenerlos un poco rojos después
de tanta atadura) se puso a cuatro patas y mientras volvía a esnifar un poco de
popper me puse el condón y me lo comencé a follar poco a poco mientras él iba acompañando mis embestidas hacia él con unas embestidas hacia mi.
Tardamos poco en corrernos después de toda la calentura que habíamos estado teniendo. Primero me corrí yo dentro suyo y al momento, con mi polla aún dentro, comenzó a pajearse hasta que tardó menos de diez sacudidas en correrse también.
Pasamos a la ducha y hablamos del tiempo y la vida. Al
volver a la habitación le hace el nudo al condón con mi corrida caliente aún
allí dentro y veo que mientras vuelve a guardar lubricante, condones, popper y
todo de nuevo en la mesita de noche no hace acción de recogerlo o tirarlo.
- ¿No piensas tirarlo?
- No, yo también quiero un trofeo tuyo.
Y que harà con el trofeo .!!!???lo malo de los productos frescos es que tienen caducidad espero que al irte se haya bebido toda esa cantidad de proteína ,otra duda te fuiste sin configurar e el ordenador?!
ResponderEliminarQué hará con el trofeo? pues la verdad es que no lo tengo muy claro. Sobre el tema del ordenador... era una vulgar excusa para quedar conmigo.
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