El futuro se plantea negro.

Ya lo decía Carmen Lomana el otro día en "La Noria" de la cadena amiga, Teleteta... esto... Telahinco... ¿?... Tele Cinco, cómo se nota que la cabra tira al monte...

Pues eso, que ya lo decía la Lomana: "prefiero ser una babysiter" que tirar de geriátrico... vamos que a la señora que resulta que no es enemiga de Nati Abascal (porque no se conocen) también le gusta comer pollas... jóvenes... of course. Que para andarse con un yayo siempre se está a tiempo; eso sí como yo le digo a mis niñas si os tenéis que buscar un abuelito os lo buscáis de 90-60-90: 90 años, 60 millones (de pesetas, que en euros la broma no suena igual) y 90 días de vida.

Pues yo estoy con la Lomana... ¡viva una polla joven!

Aunque tal y como está el mercado, con esto de la crisis, hay veces que me planteo si realmente debería hacer distinciones: porque la historia nos demuestra que el poder adquisitivo está más en un rabo que necesite la pastillita azul que en uno joven que te saque un ojo después de disparar... (que ordinario me ha salido esto... ¿no?). Pero como siempre la naturaleza me ha dado un don demasiado selectivo y mientras se pueda evitar alejo de mi a la pastilla pitufa.

Cerramos así una semana que ha estado muy rancia en el tema de ejercitar la mandibula. Vamos que a este paso la cotización a la Seguridad Social no me va a compensar y me veo haciéndome un plan de pensiones porque las aportaciones de esta semana han sido "cero patatero" como dijera en su día aquel fabuloso presidente del gobierno que decidió ir a Texas a aprender yanqui.

Señoras... Ustedes que pueden: ejerciten la mandíbula y coticen mucho, mucho, mucho a la Tesorería.

Anna Bannana ya me lo dijo: "El futuro está en comer pollas". Pero como una es autónomo... día que no trabaja día que no cobra.

Sed muy mal@s.

Por cierto: en relación al título de la entrada de hoy... algún día haré un tratado sobre el feo vicio que tiene la gente de no cuidarse los bajos.

La Madame.